La verdad detrás de la esperanza

Supongo que es difícil no caer dos veces con la misma piedra. Yo no sé por qué insistimos e insistimos en las mismas cosas que sabemos perfectamente que no nos llevarán a ninguna parte. Supongo que a veces es la esperanza la que nos guía a volver a empezar, y otras son las circunstancias que han cambiado un poco y nos devuelven las ganas de intentarlo. Pero siempre (o si no es siempre, es la mayoría de veces) esa esperanza nos da una patada en el culo. Te muestras tal y como eres para comprobar que realmente sí vales y lo único que consigues es que la esperanza se ría de tí en tu cara y te diga "Si es que eres tonta". De nuevo intentas expresar lo que piensas y sientes que nadie escucha, aunque no sea verdad.

Entonces es cuando vuelves (por enésima vez) a sentirte rara y estúpida y vuelves a encerrar en una caja todos esos retales de ilusión que han quedado de lo que fuiste cosiendo noche tras noche y cuando lo regalas te lo despedazan. Te das cuenta de que todos esos trapitos ya están llenos de remiendos de ocasiones anteriores, pero que no tiraste. Vuelves a vestirte con lo primero que pillas en el armario, total, nadie va a fijarse en tí te pongas lo que te pongas. Siempre habrá alguien más guapa o más "cool*" para fijarse en ella, ¿no?. Vuelves a callarte las preocupaciones y miedos, pero sigues aguantando que te cuenten los estúpidos problemas de todos los días que en el fondo te parecen soberanas gilipolleces. Ya piensas que no te mereces nada. Ya piensas que es mejor que cierres el pico y te dejes llevar al cubo de la basura, que es donde tendrías que estar desde hace tiempo, tú y tus retales.

...
En fin.

La vida es asín.

Felices tres días.