los flequillos.

Hoy he llegado a la conclusión de que debo cortarme el flequillo. Ése gran desconocido.

Al entrar a clase Javi[^^] ha empezado a estirármelo como quien no quiere la cosa mientras hablaba, a lo que he contestado con un simple " ¬¬ ".

Luego en latín me he percatado de que la largancia del flequillo y el sueño son directamente proporcionales. No sé si es porque hace de visera o qué, pero últimamente no me puedo ni despertar por la mañana... y en clase de filosofía es un suplicio.

A la hora del recreo, nuestro acostumbrado tira y afloja con Jose Luis el [ex]profe de inglés ha concluido con que como el reflejo del sol en mi flequillo nos delataba, le ha sido irremediable venir a sacarnos a rastras del césped. Y he sentido que debo sacrificarme por el grupo para seguir disfrutando de ése lujo en comunidad y armonía.

También he caído en que es crucial que me deshaga de él por mi propio ego y supervivencia.Cuando bajo la cabeza podría saltarme un elefante [como diría Wences, una bola que se convierte en un microelefante al igual que baila congas] encima que no me daría cuenta. Aunque bien pensado al igual me servía de escudo impenetrable y todo.

Yo creo que también sorbe el cerebro. Algo arraigado durante tanto tiempo y creciendo cual alien no puede ser bueno.

En fin.

Tengo hambre.

Me voy a alimentar y luego intentaré podarme o acabaré como el de la foto.