jueves, 31 de enero de 2008
los flequillos.
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miércoles, 30 de enero de 2008
Ya que Jen escribe sus sueños...
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sábado, 26 de enero de 2008
EL MAR
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viernes, 25 de enero de 2008
NANA
Sintiéndolo mucho (no tanto) voy a dedicar mi próximo (o sea, este) post a una serie que me ha cautivado desde que empecé a verla: NANA.
No sé si es por la profundidad de los personajes, por su trama de drama, por su facilidad para enganchar, por el dibujo elaborado, por la estética, por lo fácil que es identificarse con los personajes, por el contraste entre Punk y Glamour entre las dos Nanas, por los giros inesperados en la historia, o porque en todos los capítulos ríes, lloras o te emocionas... no lo sé. Lo único que sé es que me enganchó al primer capítulo... y qué lástima que ya acabó.
Esta serie comienza cuando Nana Komatsu (Hacchi más adelante), de 20 años, acaba de ahorrar todo el dinero posible durante un año para irse a vivir a Tokyo con su novio, Shouji. Nana está convencida de que su nombre (que significa 7) le trae mala suerte, por lo cual le echa la culpa de todo lo que le pasa a un supuesto "Rey Demonio" que la está maldiciendo. Es una chica muy mimada, con una gran imaginación, sobreprotegida, infantil y confiada, que tiene como sueño "encontrar a un hombre que la quiera y la proteja" y comprarse ropa bonita y cosas caras. Aún así, todos sus amigos la quieren muchísimo por su viveza y gran sentido de la amistad.
La arrolladora Nana Oosaki es una cantante de Punk, herida y misteriosa, que solo desea superar a la banda Trapnest por motivos que rápidamente se desvelan en la serie (^^). Orgullosa como es, rige su forma de actuar para no perjudicarse a sí misma. Fama, posesión, renombre, reconocimiento y música son sus palabras clave. Tiene grandes vacíos que intenta llenar desesperadamente. Sus pasos la conducen hacia la capital de Japón, donde pretende ganarse la vida con su voz y su guitarra.
Cuando las dos Nana[S] se conocen, en el tren hacia Tokyo, comienzan a conversar, y después de múltiples coincidencias que hacen volver a cruzarse sus caminos, se ponen a vivir juntas. ¿Qué puede salir de la amistad entre dos chicas tan distintas como ellas? ¿Cómo pueden tocarse dos mundos tan diferentes?
Los demás personajes, como Yasu, Ren, Shinji, Nobu, Junko, Shouji, Takumi, Reira no nos dejan indiferentes... ya que cada uno de los personajes [secundarios?] empieza a transformarse en un mundo aparte.
Desde luego es digno de verse...
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Etiquetas: frikismos varios, nana
martes, 22 de enero de 2008
en ocasiones, veo muertos.
A veces echo de menos mis vendas. Echo de menos los velos y los ojos cerrados. ¿Qué no daría yo por volver a creer? ¿Qué no daría yo por no pensar en nada? ¿Qué no daría yo por seguir a oscuras?
No sé por qué cuando se te cae todo lo que oprimía a tu mente y a tu corazón (un cascarón de vanalidades oníricas) duele tanto. Creo que es porque cuando pasa eso creces demasiado dentro de ese cuerpecito frágil y pequeño, como un tumor monstruoso que no cabe en su propia célula. Así se siente cuando te das cuenta de la verdad, ¿no? Es el alma que se expande, es la impotencia que se siente al darse cuenta de que los sueños no se hacen realidad por mucho que duermas.
Los sentidos me han confundido mucho ya, y creo que por mucho que me esfuerce poniéndome anestesias generales ya no consigo soñar. Supongo que es por despertar tantas veces de golpe, o por la tolerancia de mi cuerpo. Cada vez tengo que ponerme una dosis más grande, y ya no tengo fuerzas.
Y qué curioso es que La Verdad, en vez de luminosa como decía Platón, sea tan oscura. Supongo que es mejor hacerse el tonto que hacerse el listo. O no hacer nada, limitarse a tener esperanzas mientras te pegas golpes contra los muebles.
Siempre es mejor pensar en lo malo, siempre es mejor no esperar nada de nadie, así luego no te decepcionas.
Así ves venir a La Verdad, la saludas como quien saluda a un familiar lejano en un entierro.
Y no pasa nada.
[dentro de nada te darán el carnet de adivina]
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sábado, 19 de enero de 2008
porque nada es para siempre...
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domingo, 13 de enero de 2008
historias cortas para vidas cortas
El ángel paseó al borde del abismo, mirando al fondo. Sus alas relucían blancas, inmaculadas, como perlas talladas. Estrechó los ojos, intentando alcanzar con ellos el fondo. Estaba tan abajo... Unas manos se posaron en su espalda y lo empujaron a la oscuridad. No podía abrir las alas. El viento rasgaba sus plumas cuando lo intentaba, le dolía. Y no podía evitar caer...
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Cuando era pequeña era muy lista. Supongo que podía tachársele de fría y seria, de impasible, a demás, tenía una soberbia impropia a sus años. Era una niña extraña a la que le costaba (y le sigue costando) hacer amigos. Le gustaba ser líder de sí misma y de nadie más, por eso solía escaparse al bosque y caminar hacia donde le guiasen los árboles y el viento. Cuando sentía la energía de la tierra bajo sus pies, se sentaba en el suelo y cerraba los ojos. Escuchaba los pájaros, las nubes deslizarse, la hierba susurrar al aire canciones dulces. Cuando tuvo edad suficiente, se compró un arco e iba a practicar tiro al bosque que la vio crecer. Aun así el tiempo se escurría y poco a poco abandonó las flechas, el arco, los paseos a solas, olvidó las canciones de la tierra y su soberbia. Y cambió.
Pintó permanentemente una sonrisa en su cara que ella misma odiaba, pues creía que la hacía parecer tonta, pero a la vez le permitía hacer amigos. Se olvidó del orgullo y pasó a retroceder ante enemigos que en realidad despreciaba por temor a hacerles daño. Empezó a hablar de cosas vanales para llenar los silencios que antes la envolvían de respeto. Pasaba con la cabeza gacha ante las personas que no conocía. Y tanto tiempo pasó fingiendo olvidar a esa niña que tiraba con arco y disfrutaba de la soledad que realmente la perdió y solo alcanzaba a descubrirla a veces, escondida tras los árboles de su memoria.
Ahora que todo ha cambiado solo recuerdan a la niña los que la conocen de toda la vida, aquellos que en sus ojos domados siguen viendo a la pequeña bestia correr con los brazos abiertos hasta perderse en las sombras. Y para los demás, es una necia cualquiera en una ciudad cualquiera.
La echa de menos.
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viernes, 11 de enero de 2008
Into the ocean...
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sábado, 5 de enero de 2008
Esqueletos
¿Cuántos huesos tiene el ser humano?
Dicen que un esqueleto humano adulto tiene 206. Desde que somos niños nos enseñan a conocerlos, desde el occipital hasta el metacarpo, pasando por el fémur, la rótula o el peroné. Dicen que sin ésos huesos nuestro cuerpo sería blando y no podríamos sostenernos a nosotros mismos.
Yo creo que tenemos millones de huesos que crecen, unos más y otros menos. Pero a todos nos sostienen. Éstos huesos son los recuerdos y vivencias de cada persona, que con el paso de los años te indican los caminos por los que seguir y las decisiones a tomar. Y siempre están allí, para protegernos de otros golpes, hacernos ser mayores y ayudarnos a caminar.
Lo malo de estos huesos históricos es que siempre dejan señal en los órganos, y en ocasiones crecen tanto que nos oprimen el corazón, los pulmones, el estómago o el cerebro, y reviven los momentos malos... hay veces que no nos dejan respirar...
Los esqueletos siempre quedarán aunque nosotros ya nos hayamos ido.
Es lo que los actores que continúan en el escenario de la vida tendrán de nosotros.
Los esqueletos contienen nuestra historia.
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Etiquetas: cosas de la vida, sentimientos y reflexiones
viernes, 4 de enero de 2008
OS QUIERO ^^
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martes, 1 de enero de 2008
2008....
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