miércoles, 17 de septiembre de 2008

Hay más tiempo que vida


Siempre me ha gustado pensar que el tiempo es milagroso, que es el elemento mágico de la sanación y el olvido. Un bálsamo para nuestras heridas abiertas y sangrantes, o el alcohol que escuece y purifica el alma.

Pero el azar, el destino y el tiempo son hermanos caprichosos, y aparecen cogidos de las manos para golpear con su ironía a los que no tienen cuidado con ellos, a los desprevenidos y a los soñadores que no se dan cuenta de lo que se les viene encima. Recuerda, viajero, que el tiempo nos ve muertos antes de haber nacido.

El tiempo que sana, olvida, descubre, juzga, castiga, y sigue su curso como un río eterno en el que nos vamos perdiendo, dejándonos caer bajo la marea. Desaparecer es nuestro destino.

Tiempo que vuela o se arrastra, que se para o se escapa, tiempo que da y tiempo que siega, tiempo relativo para cada uno de sus objetivos, sus presas, su juego.

Piensa que el mañana nunca muere, que el mañana nunca tiene fin, que el mañana no está decidido, que el mañana es dudoso. Y si bien creo en el futuro predeterminado (pues me da seguridad al tiempo que me enseña obediencia) siempre pensé que puedes cambiar tu forma de ver la vida y convertirla en un sueño.

1 comentarios! =D:

Anónimo dijo...

¡Hola!
Bueno hace poco que descubrí tu blog pero me he quedado maravillado.
Me encanta, incluso me he inspirado en el tuyo para hacer el mío.
Me gustan mucho tus posts, hay algunos muy profundos.
Sé que estarás pensando que soy un raro que te comenta sin conocerte.
Bueno te dejo la dirección de mi blog, pero está en proceso de construcción.

Bueno sigue posteando así.

Adiós