miércoles, 3 de junio de 2009

los náufragos y el tiempo

Tic-Tac
Creo que he conocido a un náufrago.
Vive cerca de mi isla porque a veces oigo su voz a contraviento, pero no sé lo que dice.
A veces lo veo (o creo verlo) desde mi montañita de arena con su palmera... aunque no sé si era real. Suelo imaginar cosas y creérmelas como si fuera estúpida y paranoica. Quizás es que sí soy un poco estúpida y paranoica.
En fin, estoy yo como para perder el tiempo. Ya tengo bastante con buscar yo una salida de este mar. Que se busque él un barco, no pienso dejar pasar el mío.

Tic-Tac
Parece que mi teoría es cierta: hay un náufrago a lo lejos, los ojos y el oído no me engañaron.
Lo veo allí sentado, esperando. A veces me mira, y me da miedo.
No sé si es hostil, seguramente lo sea. Hay muchos caníbales sueltos por este mar, y la verdad es que no me gustaría volver a toparme con uno de ellos. Ése en concreto parece muerto de hambre... casi como yo. En fin. Para que me abran en canal sobre la arena me basto yo con un cuchillo, no necesito a nadie más, gracias. Prefiero seguir comiendo peces muertos a que me coman a mí. O tirarme a los tiburones cuando me canse de todas estas tonterías, de estar aquí sentada esperando un barco.
Eso es, pensando con la cabeza. Tú sí que sabes, amiga.

Tic-Tac
Veo que se mueve allá a lo lejos.
Últimamente empiezo a entender lo que dice al gritar al viento. Pero parece que hable en otro idioma, y me cuesta entenderlo. Y yo sigo a la mía, no vaya a ser que me esté insultando. Que bastante tengo ya con intentar pescar algo, que bastante tengo ya con sobrevivir aquí sola.
Pero me apetecería tanto algo de compañía...
De eso nada, monada. Es otro caníbal, otro salvaje. De esos que vienen en manada como bestias y te arrancan la carne del hueso y se comen tus órganos, y te chupan la sangre y los restos los venden en el mercado negro. Pasando, pasando. Que yo nos salvé, nos salvé a ambas.
Empiezas a hablar como Gollum... ya has enloquecido.
No tengo hambre, pero tengo el estómago vacío.

Tic-Tac
Hoy he conseguido entender lo que me dice, pero me da miedo hablarle. Parece que se hundió su buque insignia. Casi que mejor me callo y no digo nada.
Débil, débil, débil. Todo lo que odias, lo eres. ¿Es que te importa? ¿Te da curiosidad? Vamos, sólo es un hombre sentado en su isla, uno de tantos. No te fíes de él, no te fíes de nadie... pero parece que él sí sabe lo que dice, sabe de lo que habla. Es como si me conociera. Como si con sus palabras y sus verbos me abriera una brecha en el alma, una herida directa al alma.
Y me escuece, sí. Me escuece. Me echa alcohol y supuro. No dejo de supurar.
¡En manos de un médico has ido a caer!
... ésos son los peores.

Tic-Tac
Hoy he contestado al viento, pero no sé si he debido hacerlo.
Y me ha hablado. Sí, me ha hablado de su navío hundido, me ha descrito el accidente, me ha descrito las bajas y los cadáveres que quedaron. Me como la cabeza, es como si me estuviera describiendo mi propio naufragio. Qué raro, no creí que nadie hubiera sobrevivido a parte de mí.
No tengo ganas de pensar más, me voy a dormir... quizá mañana.
Quizá mañana.

Tic-Tac
Me duelen las heridas. La sal del mar me quema, me abrasa por dentro. Has enloquecido del todo, has... has permitido que te cacen como un conejo. Y empiezas a sentir cómo la cabeza se te va, cómo se despega de los hombros... te duelen los hombros, NOS duelen los hombros.
¡Seguro que ya he empezado a extirparte algo! ¡Para comérselo!
Se te va a comer y va a vender tus restos, va a despedazar tu lengua y a venderla por los rincones.
No creo.
No creo.

Tic-Tac
Tengo sueño, esta noche no he dormido. Y lo peor es que no me importa.
Nos hemos quedado hablando hasta la madrugada. Hasta que el sol se alzó rojo. "Esta noche se ha vertido sangre".
Espero que no sea la mía. Me da miedo morir, me da miedo que me maten. Pero no puedo dejar de hablar, de reír, de... ¿sentir? ¿Sentír qué, imbécil? Sólo es un náufrago sentado en su isla, sólo eso. Nada más que éso.
Pero empiezo a respirar... respirar aire puro.
Aire puro que va a evaporarse en cuanto me saque los pulmones.

Tic-Tac
Hablamos mientras trabajo.
He decidido cortar mi palmera. Cortarme el pelo no, la palmera. Creo que él también se mueve, y eso me alegra y me aterra. Quizás piense hacer lo mismo que yo, quizás piense... no, no. No puedo permitirlo.
Pero cuando pienso en ello sonrío y canto.
Espero que no me oiga, sería embarazoso.
Y una estupidez.

Tic-Tac
Cada hora espero que el viento y la marea me traigan noticias suyas.
A lo mejor estoy siendo inocente y boba. Seguramente. Pero no puedo evitar confiar. No puedo evitar pensar que todo lo que me ha contado es verdadero. No puedo evitar rechazar la idea de que vaya a comerme. No me va a comer.
La palmera casi ha caído. Espero que sirva de algo, porque si no me quedaré sin sombra y el sol me achicharrará.
Y el verano se acerca.
A lo mejor me estoy arriesgando demasiado.
He acabado mi barca, y parece que él ha acabado la suya.

Tic-Tac
Se acerca, se acerca.
Va a besarme, o quizás es el primer mordisco. Tengo miedo, pero no voy a huir. Cierro los ojos. A lo lejos suena un laúd. ¿Un laúd? Parece que también lo ha hecho con madera se su isla. Sigo apretando los párpados muy fuerte, no quiero ver nada... y entonces lo siento.
Siento cómo su mano palpita sobre mi mejilla, y espero.
No pasa nada.
Abro los ojos lentamente, y me pierdo. Me pierdo en la luz más oscura que haya visto jamás, que haya sentido jamás. Es luz herida. Es como tú. De repente siento el deseo de susurrar palabras de consuelo en su oído, palabras de eternidad o simplemente de amor. Parece que también sangra.
Ya no tengo miedo, algo en mi interior sonríe. ¿Qué me ocurre? ¿Cuándo has nacido ahí dentro?
Me acerco más, y rodeo su espalda con mis brazos. Apoyo la cabeza en su pecho. Palpitas. Palpito.
Yo... creo... creo que ahora vemos el barco en el horizonte.
Vámonos a casa.
Juntos.

Las historias no han de ser reales para ser ciertas

1 comentarios! =D:

Transeúnte dijo...

Es... increíble.
Me ha encantado, tiene algo que la hace especial...
Me gusta mucho :)

Adiós.